La inversión sostenible a menudo se percibe como un tren al que solo se suben los millennials que, siguiendo a sus amigos "trendies", se apuntan a cada nueva moda que aparece. Es cierto que este grupo de edad es el que más interés muestra por la IS, pero desde luego no se trata de ninguna moda. De hecho, el interés por la sostenibilidad se distribuye entre distintas generaciones , y sus raíces tienen siglos de antigüedad.
Los estereotipos sobre gente que busca un mundo más sostenible tienden a centrarse en los nacidos a partir de mediados de la década de 1980, puesto que los estudios demuestran que esta generación -los "millennials"- es la que presenta más interés por estas cuestiones. Es más probable, por ejemplo, que compren alimentos orgánicos, escojan café de comercio justo y se muestren más preocupados por los derechos humanos que sus padres y abuelos.
Por otra parte, han crecido en la era de Internet y han dispuesto de mayor acceso a la información que pone de manifiesto actividades contrarias a la sostenibilidad, viéndose así más politizados por ella. Según un estudio realizado en EE.UU., los millennials son "la generación más progresista de los últimos 50 años", y están haciendo que el país sea más liberal.
EL TRIPLE BALANCE
Otra expresión muy conocida, la del "triple balance", no fue acuñada por un millennial, sino por un empresario británico de mediana edad en 1995. John Elkington afirmó que todas las empresas deben tener en cuenta las "tres pes" (People, Planet, Profit; personas, planeta y beneficios) (y no solamente la última de ellas), ya que cada una de ellas es igual de importante para el éxito a largo plazo de nuestra sociedad. Este concepto evolucionó para dar lugar a los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo, a ASG, que hoy en día constituyen la piedra angular de la mayoría de los procesos de inversión sostenible.
La expresión "inversión sostenible" y la idea subyacente a la misma pasaron a ser de uso común en la década siguiente, cuando los inversores comenzaron a tomarse en serio estas cuestiones. Hubo varios intentos terminológicos de expresar este concepto, tales como "inversión ética", "inversión responsable" y, más recientemente, "inversión socialmente responsable", o "ISR", pero inversión sostenible ha sido consensuado como la mejor manera de englobar las diversas estrategias de inversión en las que se tienen en cuenta factores ASG.
Si hablamos de "ponerse de moda", la auténtica consagración global de la sostenibilidad quizás pueda decirse que llegó con la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como la "COP21", CELEBRADA EN París en 2015. De ella salió el Acuerdo de París, en el que se retaba a mundo a limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados sobre los niveles preindustriales. Fue ratificado por 174 países el 22 de abril de 2016, fecha que hoy en día ha sido bautizada por la ONU cono el "Día de la Tierra"
Así pues, aunque en el pasado la inversión sostenible haya sido un concepto nicho, nos encontramos claramente ante un punto de inflexión que no admite vuelta atrás.