El futuro del sistema público de pensiones se ha convertido en tema recurrente entre las principales preocupaciones de los ciudadanos y en la agenda del debate político. Los análisis y propuestas para garantizar su sostenibilidad se ven constantemente influidas por la realidad económica y demográfica, las tensiones sociales y la concepción ideológica del futuro del sistema que defienden los distintos partidos políticos y agentes sociales. Julio Fernández García, experto en pensiones y planificación para la jubilación, ha puesto en marcha una iniciativa que trata de trasladar a profesionales y particulares una información objetiva y completa que, además permita realizar una adecuada planificación para cuando llegue el momento del retiro. Se trata del ‘Seminario Planificación a la Jubilación’, que tendrá lugar el próximo 22 de noviembre con el patrocinio de EFPA España y de Apromes.
Julio Fernández comenta en esta entrevista para elAsesorFinanciero.com cuál es la situación actual, qué reformas son necesarias para garantizar la viabilidad de las pensiones púbkicas y cómo deben planificar su jubilación los ciudadanos.
– ¿Cómo funciona el Sistema Público de Pensiones en España?
Nuestro actual sistema público de pensiones se centra en un sistema de reparto de caja, que se basa en las aportaciones obligatorias por parte de las personas que están en activo cuya finalidad es hacer frente a las pensiones de las personas que están retiradas en cada momento. Esto supone que ningún trabajador, a través de sus cotizaciones, está aportando o reservando para su jubilación sino que está financiando las pensiones de los jubilados actuales, con la “esperanza” de que, cuando los primeros pasen a formar parte de la población pasiva, sean recompensados del mismo modo.
Nuestro sistema de reparto hace frente al coste de las pensiones a través de cotizaciones sociales y con aportaciones procedentes de los impuestos generales. Debido al déficit incesante de la Seguridad Social en los últimos años, hoy no se podría hacer frente al coste de las pensiones sin ayuda de los préstamos del Estado, a través de emisión de deuda pública (15.000 millones en el presente ejercicio) como fuente de financiación paralela, al margen de las disposiciones efectuadas del Fondo de Reserva.
El proceso de Planificación a la Jubilación consta de cinco fases perfectamente definidas y es aconsejable recurrir a un asesoramiento profesional”
– ¿Cuál es la situación actual del Sistema Público de Pensiones en España?
Tomando como referencia los datos de cierre del ejercicio 2017, el mismo culmina con un déficit de 19.187 millones de euros, lo que supondría que cada pensionista, de media, ha recibido 2.004 euros por encima de los ingresos por cotizaciones y que se han financiado con un déficit ante el que responde el conjunto de la sociedad. Si los afiliados hubieran tenido que hacer frente a ese déficit con sus cotizaciones sociales, tendrían que haber abonado, de media, 1.053 euros por afiliado en 2017.
El gasto en pensiones se ha incrementado en 200 millones de euros solo en el mes de julio hasta superar 9.200 millones de euros el pasado 1 de agosto, correspondientes a la nómina completa de las pensiones con los atrasos pactados incluidos, lo que supone un aumento interanual cercano al 5%.
Esto viene provocado por la diferencia generada entre el 0,25% de revalorización que fijaba el legislador, abonadas el pasado mes de enero, y el tan comentado incremento del 1,6% 0 3% provocado por el acuerdo del anterior ejecutivo y el PNV.
No obstante, la realidad o la capacidad del sistema es otra. Las cuentas de la seguridad social, al margen de no tener la capacidad de afrontar esta revalorización, dejan en evidencia que las pensiones en el presente ejercicio deberían de haber bajado un 2,58%, con el fin de no incurrir de nuevo en déficit.
Dato calculado a través del IRP (índice de revalorización de las pensiones). El IRP es el mecanismo introducido en la reforma del 2013 por el que se calcula la salud financiera de la Seguridad Social y, en caso de déficit, decreta una subida mínima del 0,25%. El acuerdo con el PNV paralizó esta medida, pero no la revocó. La intención del Ejecutivo Socialista es eliminarla, pero, por ahora, sigue vigente permitiendo conocer la situación financiera real del sistema.
En relación al gasto, es importante resaltar que, antes del citado acuerdo, se había logrado contener y mantener un crecimiento anual del entorno del 3% desde hacía cuatro años, a raíz de la aplicación del índice de revalorización de las pensiones (IRP).
No olvidemos que cabe la posibilidad de que se mantenga la senda de crecimiento del gasto en pensiones a raíz del preacuerdo, de la semana pasada, entre el actual ejecutivo y Podemos, basado en subir las pensiones exactamente lo que suba el IPC en 2018, lo que podría suponer un incremento de 230 millones de euros por cada décima que los precios superen ese 1,6%.
Teniendo en cuenta que el incremento previsto en el gasto de las pensiones se estima en un 5% y que los ingresos correspondientes a la financiación de las mismas no llegarán al 4%, se prevé que el déficit de la seguridad social se situará por encima de los 19.500 millones de euros en el presente ejercicio y cerca de los 22.000 millones en 2019.
El crecimiento de las cotizaciones sigue sin ser suficiente para atajar el déficit del sistema por diferentes razones:
Una de ellas es que los nuevos empleos, que en muchos casos son de baja calidad y aportan reducidas cotizaciones sociales, no soportan las altas jubilaciones de las personas que se retiran ni el fuerte aumento del número de pensionistas.
Otra viene provocada por el incremento del gasto a través de los acuerdos políticos.
– ¿Es sostenible el actual Sistema Público de Pensiones en España?
No debemos ser alarmistas, pero a su vez tenemos que ser realistas. Nuestro actual sistema público de pensiones es y será siempre sostenible, por su principio de universalidad, el cual garantiza cubrir las necesidades más básicas con el fin de no incurrir en riesgos de pobreza en un colectivo tan sumamente sensible.
Ahora bien, la cuestión es si es suficiente. Ante esta pregunta no me queda más remedio que responder, taxativamente, que será totalmente insuficiente, tal y como esta concebido hoy en día.
Para que el sistema público de pensiones en España sea sostenible debe haber más trabajadores activos que número de pensionistas, es decir, que la continuidad del sistema tiene una fuerte dependencia de la pirámide poblacional.
La suficiencia del mismo dependerá, entre otros factores, de la calidad de los empleos. Con más de 20 millones de ocupados, la Seguridad Social seguirá siendo deficitaria en 2020. La razón es que los nuevos empleos, que en muchos casos son de baja calidad y aportan reducidas cotizaciones sociales, no soportan las altas jubilaciones de las personas que se retiran ni el fuerte aumento del número de pensionistas.
Muestra de ello es la evolución del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, una ‘hucha’ en la que, desde el año 2000, se ha ido guardando el superávit del sistema de la Seguridad Social. A este fondo se ha recurrido en los últimos cinco años debido a que el sistema gasta más de lo que ingresa, es decir, a que los trabajadores activos ya no pueden sostener por sí solos las pensiones públicas. Paralelamente, en los dos últimos años se ha tenido que habilitar importantes créditos a través del Tesoro para que la Seguridad Social haya podido pagar las pensiones
– ¿Qué opinión tiene sobre el “destope” de las cotizaciones máximas planteado por el Gobierno?
Son estrategias meramente electoralistas o populistas que a medio/largo plazo debilitarán de manera considerable el sistema, manteniendo la tendencia de reformas paramétricas sin acometer las tan necesarias reformas estructurales. No podemos obviar que en España las cotizaciones sociales son elevadas, afectando esta medida a salarios medios y altos, lo que supondría que los trabajadores afectados tendrían que desembolsar 742 millones de euros más cada año mientras que el empleador incrementará sus costes salariales en 3.728 millones. Con esta medida se encarece el coste laboral en torno a un 30% por lo que, sin duda, podríamos considerarlo como un “impuesto laboral”. Esta medida provocaría una reducción de empleo, generar un sistema menos contributivo y un decremento del PIB.
– ¿Qué medidas hay que acometer?
Bajo mi criterio debemos de acometer reformas de calado, es decir, reformas estructurales, ya que la ejecutadas hasta la fecha han sido reformas paramétricas.
Reformas estructurales como:
- Traspaso de las contingencias de viudedad y orfandad del Sistema de la Seguridad Social a una partida de los PGE.
- Transición a un sistema de cuentas nocionales para la pensión de jubilación.
- Instaurar y motivar los sistemas de previsión social complementarios financiados tanto por el empleado como por el empleador.
Ahora bien, el actual Ejecutivo aboga por mantener el actual Sistema de Reparto Político a través de la creación de lo que denomino personalmente el impuestometro.
Qué es el impuestometro:
Es el impuesto a las entidades financieras (Tasa Tobin), impuesto a las Tecnológicas (Tasa Google), el destope de las cotizaciones, el incremento del tipo marginal del IRPF, la subida de impuesto de patrimonio, eliminación de las deducciones fiscales a aportaciones de productos de previsión social complementaria, entre otros.
Es totalmente imprescindible conocer las fuentes de financiación y evitar ciertos flujos de caja donde haya entradas en concepto de revalorización de pensiones indexadas al IPC y a su vez salidas a través de carga impositiva (tanto directa como indirecta) haciendo frente a la misma una gran parte de los contribuyentes y también los pensionistas.
Tomemos el ejemplo de los Bálticos, las políticas liberales de Estonia, Letonia y Lituania, basadas en las bajadas de impuestos, tuvieron un excelente resultado, relanzando el crecimiento y la creación de empleo desde el año 2010 en adelante. Su recuperación terminó marcando el camino a otros países de la Eurozona como España, Portugal o Irlanda, donde la replicada fue igualmente satisfactoria.
Pues bien, el Parlamento de Lituania acaba de aprobar una ley que reforma las cotizaciones sociales para reducir su peso sobre el salario bruto y aumentar por esta vía la remuneración neta que perciben los trabajadores.
– ¿Cree que la población española está preocupada por esta situación?
Le diría que la sociedad está preocupada pero no ocupada por la jubilación. Ocho de cada diez españoles están preocupados por su jubilación y en un porcentaje importante piensan que van a pasar dificultades para mantener un nivel de vida digno con los ingresos de la pensión pública y sus propios ahorros.
No están ocupados porque si bien una mayoría cree que es aconsejable ahorrar, únicamente el 29% lo hace de forma efectiva teniendo la mínima capacidad.
Cierto es que los ciudadanos demandan una mayor información, entre la más solicitada destacan: el importe de su futura pensión, cuándo se van a poder jubilar y como planificar su ahorro para la jubilación.
– ¿Qué es la Planificación a la Jubilación?
La planificación de la jubilación asegura la independencia financiera y el estilo de vida requerido una vez llegada la edad de la jubilación, cuyo fin es proteger a las personas contra el riesgo de sobrevivir a sus recursos financieros. Está dentro de cualquier planificación financiera, cuyo objetivo es compatibilizar los objetivos personales y financieros de cada individuo, fruto de sus exclusivas necesidades y expectativas, con la situación patrimonial en el presente y su potencial proyección futura.
La planificación de la jubilación es la más difícil que pueda hacer una persona en su ciclo de vida ya que conlleva un periodo de 40 años de trabajo, más 20 de jubilado, un total de 60 ó 65 años.
Los aspectos fundamentales para llevar a cabo una correcta planificación de la jubilación, en términos coloquiales, pasan por hacernos las siguientes preguntas: ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿Cuándo?, escogiendo como principios básicos:
- Horizonte Temporal.
- El nivel de ingresos y de gastos, que determinarán la capacidad de ahorro tanto a corto como a medio y largo plazo.
- Nivel de vida deseado a partir de la jubilación, que determinará el nivel de ahorro que es necesario acumular hasta dicha fecha, teniendo en cuenta la evolución de los gastos en la fase de beneficiario.
También es necesario tener en cuenta otras variables, como el perfil de riesgo, la liquidez, el binomio rentabilidad-riesgo y la fiscalidad de los diferentes productos financieros.
– ¿Cuándo debemos empezar a Planificar la Jubilación?
Es aconsejable comenzar en el mismo momento en que ingresamos en el mercado laboral. Cuanto antes empecemos menor será el esfuerzo que tendremos que hacer el día de mañana, no sólo por disponer de más años para ahorrar, sino porque a lo largo de esos años, la rentabilidad que pueda generar ese ahorro nos ayudará a conseguir antes nuestro propósito.
En esta fase, denominada de capitalización, las aportaciones realizadas son bajas, aunque la misma tiene una importancia relevante porque genera responsabilidad y compromiso para fraguar nuestro retiro. En las sucesivas fases de maduración y de extinción, el nivel de aportaciones se incrementa gradualmente de manera considerable, ya que nuestra capacidad de ahorro es superior y el horizonte temporal es menor.
– ¿Cree conveniente ponerse en manos de expertos a la hora de Planificar la Jubilación?
Planificar la Jubilación es un proceso altamente complicado, ya no solo por la multitud de parámetros que requiere el mismo, sino, también, porque es necesario finalizar con éxito todas y cada una de las fases. El Proceso de Planificación a la Jubilación consta de cinco fases perfectamente definidas, desde la obtención del dato objetivo y subjetivo hasta la revisión periódica anual.
En cualquier caso, al tratarse de un proceso dinámico en el que deben ser consideradas numerosas variables, tanto económicas como sociales, es aconsejable recurrir a un asesoramiento profesional para estimar de forma razonable cuáles son las necesidades de ahorro para mantener un determinado nivel de vida una vez jubilados.
– ¿Tiene usted un método propio con el fin de llevar a cabo una correcta Planificación a la Jubilación?
Así es, y más teniendo en cuenta, como comentaba anteriormente, que la Planificación a la Jubilación es uno de los procesos más complejos que tiene que desarrollar cualquier persona en su ciclo de vida, no pudiendo existir opción alguna al fracaso.
En el escenario de la jubilación no hay retorno alguno y las consecuencias que pudiesen provocarse son totalmente irreversibles.
Es totalmente necesario e irrenunciable llevar a cabo todas y cada una de las fases de Planificación a la Jubilación, de lo contrario, yo mismo le aconsejaría que no comenzase su Planificación ya que la misma no llegará a buen fin.
Una correcta planificación a la Jubilación es totalmente personalizada, utilizando simultáneamente Cuenta de Resultados y Balance de Situación lo que nos llevará a generar el Plan de Previsión Personal.
– ¿Su actividad de Asesoramiento y/o Consultoría no se ciñe únicamente al particular sino que también la desarrolla para los profesionales del sector?
Continuamente estoy asesorando tanto a particulares como a profesionales sobre cómo llevar a cabo un correcta Planificación a la Jubilación, debido a la necesidad que tenemos todos los ciudadanos de ejecutarla de una manera exitosa con la finalidad de cumplir con las expectativas.
Pienso que no solo el Órgano Gubernamental tiene la responsabilidad social de informar, comunicar y asesorar, sobre un aspecto del tal magnitud, sino también los que integramos el sector, más aún, cuando el Ejecutivo traslada un nivel muy escaso tanto de información como de asesoramiento.
El próximo 22 de noviembre, impartiré, en Madrid y a través de Streaming, un Seminario de Planificación a la Jubilación donde abordaré todo lo relacionado con nuestro actual Sistema Público de Pensiones y cómo hacer un correcta Planificación a la Jubilación.
Fuente: https://elasesorfinanciero.com/julio-fernandez-sistema-pensiones-sostenible-pero-era-insuficiente/